sábado, 26 de diciembre de 2015



 LAS COSAS PERDIDAS.


Y de repente mis pasos se angostaron. Se hicieron cortos. Se volvieron pequeños. No supe a donde, ni porqué iba. Y comencé a preguntarme:
¿A donde van las palabras. Las de amor. Las de odio. Las de lujuria. Las de angustia?
¿ A donde van las sonrisas, las lagrimas, los besos, el brillo de los ojos, el sudor de la piel?
¿A donde van las voces nuevas de los niños, las voces dulces de los enamorados, las voces gastadas de los viejos?
¿ A donde van los pliegues de la ropa usada, el color de las flores ya marchitas, las gotas de agua que la lluvia abandona, el fulgor del relámpago que alumbra, la furia blanca del rayo que asusta, el fragor del trueno que asorda?
Y cayó la noche, todo se hizo negro, se volvió oscuro. Y traté de averiguar:
¿Donde se pone lo que se encuentra? ¿Donde se esconde lo que se roba? ¿Donde se guarda lo que se acumula? ¿ Donde se mete lo que se gana?
Resucitó el sol. Eché a andar y reflexioné:
¿ Acaso soy como la hormiga rebelde que abandona la fila o como la díscola abeja que se niega a recolectar polen?  ¿Por qué siempre me pregunto, me cuestiono, me averiguo?.
Y contesté:
Las palabras se las traga el tiempo. Las voces se las lleva el viento.Las lagrimas y los besos se disuelven juntos pues están hechos de la misma materia. El brillo de los ojos se va con la muerte y el sudor de la piel lo apaga el frío. Todo lo demás forma parte de vida y nunca existió, porque la vida es una ilusión y las ilusiones no existen. 
Lo que se encuentra, lo que se roba, lo que se acumula y lo que se gana se guardan en el mismo sitio, porque al final son la misma cosa: cosas.
Y si,  soy una hormiga rebelde, una abeja díscola. Abandono la fila porque nunca me gustaron las hileras; esas ristras bobas, interminables que no llevan a ninguna parte, que no conducen a ningún lado. Me rebelo en contra del trabajo. Prefiero haraganear de cara al sol, dejando que el viento rice mi pelo, que pinte caminos en mi cara, que se meta por mis oídos y que me obligue a cerrar los ojos tentándome a soñar.
Me pregunto, me cuestiono, me averiguo, porque soy una pregunta sin respuesta, un desafío permanente, un enigma por resolver.
Soy lo que siempre quise ser. Lo que yo mismo hice. Un ente vivo, todavía en proceso de  construcción, hecho  con pedazos de realidades, de sueños, de deseos, de ambiciones. Soy de los que aún creen que el mar es un reflejo del cielo y viceversa, que las nubes son pedazos de algodón que caminan en el aire y que la noche es un lienzo pintado de estrellas que se pueden coger con la mano. Soy lo que siempre quise ser: Yo.    EFO