miércoles, 15 de enero de 2020





EL AMOR EN PLUSCUAMPEFECTO


Un amor no tenido, pero siempre deseado, es un amor frustrado. Es una aspiración consentida. Es un deseo insatisfecho. Es un querer tener y un nunca poseer. Esos amores pueden ser efímeros, de corta existencia, cuando así sucede se quedan habitando el mundo de las ilusiones, pero también pueden ser permanentes, ocupando un espacio importante de nuestro tiempo vital, pudiendo transformarse en obseciones, llenándonos de desesperanza, colmándonos de inquietud.
Los amores deseados, pero nunca consumados, son como viajeros detenidos en una estación, a la espera de un tren que demora su llegada, convirtiéndola en un eterno retraso, en un nunca jamás.
Esos amores algunas veces son producto de una pasión nacida al calor de una mirada, de un frase, de un mohin, de un gesto mal interpretado o de una conducta permanente que despierta admiración perpetua. En otros casos son amores contrariados, prohibidos, no consentidos. Son queridos por ambos, pero imposibles de realizar pues las circunstancias así lo determinan y como consecuencia de ello los dos deben sobrellevar su carga de desconsuelo.
Un amor no tenido, pero siempre deseado, puede mantenerse en nosotros por mucho tiempo y en algunos casos obligado a convivir con otros afectos, con otras pasiones, condenado a permanecer latente, suspendido, esperando el momento de hacerse real, de concretarse. El amor no tenido es independiente de la aceptación o no de parte del ser amado. Un amor no tenido puede ser, en muchas ocasiones, un sentimiento en solitario, una pasión única, alimentada por una sola persona y en algunos casos ignorada por el ser amado quien no se entera de la intensidad del sentimiento que provoca en el otro. Hay amores no tenidos que se convierten en amores correspondidos, al ser revelados pues viven en  ambos, pero han permanecido cubiertos con un manto de indecisión, de dudas, de temores a ser rechazados. Esos amores son comunes entre amigos que comparten penas y alegrías, entre compañeros de trabajo, entre aquellos que se miran a distancia, que no se comunican, pero  alientan la esperanza de ser próximos, cercanos y solo esperan que se haga la magia, que se encienda la luz. Tras cada amor no tenido hay un vacío, un dolor, una angustia, pero también una esperanza, un deseo, una aspiración sentida, pero nunca una renuncia, pues lo que lo caracteriza es su perseverancia, su permanencia, su perenne aspiración de convertirse en realidad.  Un amor así es un amor pluscuamperfecto, en modo subjuntivo.  EFO.

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