jueves, 28 de marzo de 2019





EL MUNDO DE PAU


Ahí estaba, chiquita, menuda, pequeñita. Sin atreverse a abrir los ojos, sorprendida de verse sorprendida. Indefensa ante las miradas que atravesaban el cristal que nos separaba. Apenas un bostezo, un pequeñito bostezo reclamaba nuestra atención para advertirnos que había llegado. Que estaba ahí. Que había nacido.
Pau es una revelación, un poema, una cosita hecha niña que tiene como única misión alegrarnos la vida, llenarnos de felicidad, contagiarnos de ilusión. De cabello negro, ojos vivaces y sonrisa fácil desanda los caminos de la casa persiguiendo a su gato, empujando un carrito, tropezando, cayéndose, levantándose, amarrando nuestra atención a sus trémulos pasos. Cuando algo la sorprende abre los ojos desmesuradamente  y pinta en su boquita una redonda y grande O. A veces le da por juntar todos sus muñecos a los cuales obliga a viajar con ella, unos sobre otros, apretujados, sometidos, incapaces de rebelarse.
Pau abraza fuertemente, melosamente, insistentemente. Llora poco. Hace pucheros y de vez en cuando se vuelve intransitable, veleidosa, voluntariosa, malcriada.
Pau se baja sola de la cama, ocupa un lugar en la mesa y aunque parezca raro nunca ha tomado tetero. Todavía no habla bien pero conoce muchas palabras y muestra unas insaciables ganas de aprender.
Pau tiene un gato, en realidad es un gato compartido y se podría decir que es herencia de su mamá, dueña originaria del animalito, pero sea como sea, Pau tiene un gato.  Desde la primera vez que escuchó su débil llanto el felino prestó atención a quien sería su otra dueña, perseguidora implacable y consecuente amiga. Apenas gateaba Pau lo perseguía, intentando apresar su cola, él la esperaba y cuando la sentía cerca emprendía veloz carrera, frustrando así sus intentos. Ahora el juego cambió, todavía  no se deja agarrar la cola, ningún gato se deja, pero si permite que lo toque y en retribución la busca cuando está dormida y con pequeños zarpazos intenta despertarla. Pau tiene un gato y el gato tiene una niña.
Pau está llamada a convertirse en una bailadora impenitente. Incansable marca, una y otra vez, los pasos aprendidos y gira sobre si misma, moviendo su cabecita, intentando seguir el ritmo. A Pau la hechiza la luna. No se cansa de mirarla, y como todo el mundo, trata de tocarla. Muestra interés por dos de los reinos de la naturaleza, le gustan  las flores y las hormigas. Es una niña coqueta y muy sociable. Modela la ropa que le ponen, ensaya muecas y cuando va de paseo, arrellanada en el asiento de su cochecito, saluda a todo aquel que tiene la dicha de cruzarse en su camino. 
En el universo de las comunicaciones, tanto digitales, como físicas, da sus primeros pasos. Le apasionan los teléfonos celulares y se deja seducir por la televisión, aficiones poco consentidas y muy restringidas,  por aquello de la alienación.
Pau está creciendo, ya picó torta y tumbó piñata por primera vez; yo la miro con asombro, pues todavía no termino de creer que sea verdad, es decir que exista.  Pau tiene su mundo y yo tengo mi mundo en Pau.  EFO.

miércoles, 27 de marzo de 2019





LOS CUATRO JINETES 
Apocalipsis, los secretos develados.

Cuando abriò el cuarto sello oì la voz del cuarto ser viviente que decìa: Ven. Mirè y vì un caballo bayo. El que  lo montaba tenìa por nombre muerte y Hades lo seguìa; y les fue dada la potestad sobre la cuarta pàrte de la tierra para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra.   Apc. 6.8

La Peste es una enfermedad infectocontagiosa que causa gran mortandad entre humanos y animales. Se estima que a lo largo de la historia han muerto de peste màs de 200 millones  de personas, convirtièndose  asì en una de las enfermedades infecciosas mas letales. En tèrminos generales se considera que el mundo ha sido asolado por cuatro grandes pandemias a saber: La Peste de Justiniano, que se desarrollò  entre los siglos VI y VIII. La primera referencia señala que el brote se originò en Pelisium, cerca del actual Canal de Suez, desde donde se diseminò hasta Alejandrìa para posteriormente alcanzar Constantinopla en el año 542. La segunda, llamada Peste Negra se produjo en la mitad del siglo XIV y se cree partiò de la Peninsula de Crimea, en la rivera Norte del Mar Negro, entonces ocupada por distintas tribus mongoles (tàrtaros). En el año 1340 los tàrtaros, aliados de los venecianos, se enfrentan a los genoveses que se ven obligados a refugiarse en la ciudad de Cafia. La enfermedad afectò a los genoveses los cuales diseminan el mal por todos los puertos donde recalan. Sus portadores eran las ratas que al abandonar los barcos propagan la enfermedad entre la poblaciòn. En toda Europa tuvieron lugar desde entonces hasta el siglo XVIII brotes sucesivos de peste que produjeron gran mortandad. La tercera gran pandemia de peste o Peste China se originò en la provincia china de Yumnan en 1855. Afectò gravemente a Hong Kong en 1894 y se extendiò a otros continentes provocando numerosos casos en la India. Se calcula que causò 10 millones de fallecimientos entre 1898 y 1918. Alcanzò lugares tan lejanos como Cuba y Puerto Rico donde se registraron casos en 1914. La cuarta pandemia, conocida como COVID 19, se desatò en 2019. El brote de la enfermedad, producida por una variante  del virus Corona Virus, se detectò en la ciudad de Wuhan, en China y rapidamente se propagò a los cinco continentes.  El Corona Virus es un virus descubierto  en 1960 y del cual, hasta el momento, se han registrado 39 especies. En la actualidad la pandemia se mantiene en pleno desarrollo por lo cual no es posible determinar el numero de infectados y la cantidad de muertos.

Vi y mirè un caballo negro y el que iba sentado sobre el tenìa en su mano una balanza. Y oì una voz como si fuera en medio de las cuatro criaturas vivientes decir: un litro de trigo por un denario y tres litros de cebada por un denario y no dañes el aceite de oliva y el vino.   Apc. 6.5

La Hambruna es una situaciòn que se da cuando un paìs o una zona geogràfica no posee suficientes alimentos para proveer a la poblaciòn, elevàndose la tasa de mortalidad, como resultado del hambre y la desnutriciòn. Generalmente se produce por condiciones climatòlogicas adversas, como sequìa e inundaciones, por epidemias que impiden el trabajo productivo, por plagas o enfermedades que asolan las cosechas, tambièn por la aplicaciòn de polìticas econòmicas erradas que generan distorsiones como la hiperinflaciòn, que limita severamente el acceso de la poblaciòn a las provisiones.
A lo largo de su historia  la humanidad ha padecido de grandes hambrunas. En 1845 el hongo de la Roya afectò las cosechas de patatas en Irlanda muriendo cerca de un millòn de personas, victimas de desnutriciòn y epidemias como consecuencia del hacinamiento, bajo condiciones insalubres, de gran parte de la poblaciòn rural , que se desplazò a las ciudades en busca de comida. A finales del siglo XIX fallecieron cerca de 40 millones de seres humanos en la India. Entre 1932 y 1933 el hambre acabò con la vida de 3,5 millones en la Uniòn Sovietica. En el perìodo comprendido entre 1959 y 1961 murieron cerca de 45 millones de personas en China, producto de la combinaciòn de factores climaticos (sequìa) y la aplicaciòn de polìticas erradas de Mao Tse Tung en lo que se conociò como el Gran Salto Adelante. En 1970, la sequìa devastò a la poblaciòn de Etiopìa causando un millòn y medio de muertos.

Saliò otro, un caballo de color de fuego y al que iba sentado sobre el se le concediò quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros.  Apc. 6.4

Desde que el hombre habita el planeta la guerra es una constante en su accionar. Los enfrentamientos bèlicos han sido tan numerosos y frecuentes a lo largo de todos los siglos que resultarìa ocioso abundar sobre ellos; sin embargo dos grandes guerras mundiales, la Primera y la Segunda, llamadas asì por la cantidad de paìses involucrados, (32 y 23, respectivamente) han diezmado la raza humana, esparciendo la muerte y sembrando la tierra de desolaciòn. En la Primera Guerra Mundial (1914-1919) murieron cerca de 30 millones de personas y en la Segunda (1939- 1945), segùn cifras conservadoras, perecieron 60 millones.

Vi y mirè, un caballo blanco  y el que iba sentado sobre el tenìa un arco y le fue dada una corona y saliò venciendo para completar su victoria.  Apc. 6.2

A este jinete se le llama La Palabra de Dios, tambièn Rey de reyes y Señor de señores. El sìmbolo del caballo blanco es muy apropiado pues en las Sagradas Escrituras el color blanco se asocia con la justicia. De los cuatro jinetes tres traeràn sobre la tierra, muerte, hambre y guerra y uno, el que monta el caballo blanco, serà el encargado de restablecer el orden.
"...entonces Cristo marcara  el inicio del nuevo cielo y una nueva tierra y una nueva Jerusalen que serìa la morada eterna de los creyentes. No habrà màs pecado, ni dolor, o muerte.."  EFO.

lunes, 25 de marzo de 2019




LIFE SAVERS


El vacío es algo más que la ausencia de todo. No es solo un espacio ocupado por nada. Es la nada ocupando todo espacio. Es una oquedad que nos copa totalmente, que nos plena absolutamente. Nos llena de soledad. De ausencias totales. El vacío es una perdida, un adios, un hasta nunca. Cuando perdemos la esperanza y nos entregamos  el vacío nos posesiona.
El vacío es algo más que no tener nada. Es carecer de aquello que consideramos elemental, imprescindible. Cuando entre dos se abre un espacio, que nada llena, la soledad del alma se posesiona de ambos. La soledad es ayuno, ausencia, falta.
Todos somos solitarios. Vivimos nuestra existencia dependiendo de nosotros mismos. Colocados en trance de muerte, nada más contamos con nuestras reservas, físicas o espirituales, para dar el salto a ese vacío que amenaza con tragarnos. Nacimos en solitario, dependiendo de nosotros mismos para subsistir, para empezar a vivir y así, en solitario morimos, dependiendo de nosotros mismos para dejar de vivir. Pero la soledad no es sinónimo de vacío, ni tampoco el vacío mismo, la soledad es un complemento, un accidente. La soledad tampoco es ausencia de compañía. Podemos, de hecho lo estamos casi siempre, estar solos en medio de una multitud. Podemos, de hecho lo estamos, estar solos en compañía de alguien próximo. La soledad es también una forma de existir, de cumplir un ciclo, de llenar un tiempo. La soledad es una manera, un gesto, que en muchos es habitual, natural, inherente.
Hay vacíos físicos y los hay espirituales. Los primeros rebosan un espacio de nada. Ocupan con su insustancialidad una forma. Esos vacíos no son absolutos, pues están contenidos por el elemento que los guarda. El vacío total no existe, pues siempre estará limitado por una estructura que lo cerca. Los vacíos espirituales son más completos que los físicos pues el espíritu, el alma, es inmaterial, amorfa y por ende no puede contener nada. El vacío espiritual es, entonces, una manifestación, un sentir, una sensación. Ambos vacíos, el físico y el espiritual, se complementan. Uno no puede existir sin el otro, pues percibimos el vacío espiritual a través de nuestros sentidos, de nuestra mente, de  elementos de nuestra naturaleza humana, de nuestro ser material.
El vacío también puede ser dulce pues aunque parezca anecdótico, su mejor definición la encontramos en la Patente del  caramelo américano, Life Savers: Salvavidas es nada encerrando en un circulo.  EFO.



sábado, 23 de marzo de 2019



EL RUIDO DEL SILENCIO


No se desde cuando, ni como, pero noto que desde hace tiempo dejé de percibir tu voz. Ya no escucho su sonido metálico dentro de mi. Es como si de repente algo se hubiese roto, separándonos, distanciándonos. La ausencia de tu voz se suma a la ausencia de otras voces que aprendí a silenciar cuando dejaron de interesarme.
Con las voces, con todas las voces, siempre tuve una conexión. Soy capaz de  diferenciarlas, de distinguirlas. Conozco el significado de cada una. Me estremezco con sus estridencias o me conmuevo con sus susurros, porqué las voces, sabes, algunas veces susurran. 
Hay voces de guerra, son palabras altisonantes, que incitan a la discordia, que convocan a la lucha. Esas voces presagian grandes males, nos alertan sobre sucesos terribles que están por suceder. Hay voces de paz, que nos hablan de entendimiento, de armonía. Esas voces anuncian tiempos buenos que están por venir. Las de angustia, son llamados de auxilio. Las de dolor nos desgarran por dentro, son lamentos de una pena con la que estamos obligados a vivir pues no hay bálsamo que mitigue el sufrimiento que nos produce. Hay voces a las que siempre presto atención: a las de suplica, a las de peticiones, a las de renuncia. Atenderlas es un deber. Escucharlas una obligación. Hay voces que gritan en coro, que se juntan y a veces suenan como una sola, son las voces del remordimiento, de la culpa, de la conciencia. Esas nos mortifican, nos atormentan, nos hacen sentir culpables. Las voces de arrepentimiento conllevan, casi siempre, la promesa de no volver a caer, de no incurrir en el mismo error, pero solo debemos creer en ellas cuando estemos ciertos de la contrición verdadera para así poder darle oídos a las de perdón que brotan del fondo de nosotros mismos, que nos conmueven el espíritu. Cuando cunde el desconsuelo y callan las voces de la alegría podemos escuchar el lastimero sonido del llanto. Es una voz sorda, quejumbrosa, que nos estremece, que nos pone tristes. La voz del llanto hiere el corazón. Desde siempre he desestimado la voz de la rabia. Le temo, porque se que muchas veces nos ciega, nos arrastra, nos obliga a hacerle coro. La rabia es una mala hierba que crece dentro de nosotros y a la que hay que  contener, no dejar salir, arrancar.
Me gusta escuchar la voz de la esperanza, pues me reconforta, me reconcilia con mi ser interior. Pero sobre todas las voces distingo una, a la que siempre escucho, a la que nunca rechazo, esa es la voz del silencio. Esa voz me cubre totalmente, se abre paso desde el fondo de mi alma, invadiéndome. Se asoma a mi conciencia callando todos los ruidos. Es densa, profunda, espesa. esa voz grita dentro de mi y su grito, el grito del silencio asorda los sentidos, se convierte en eco estacionándose en el tiempo. El silencio es un ruido... mi gran ruido. EFO.