sábado, 15 de junio de 2019



 ENTRE MORRIÑA Y SAUDADES



Todavía no se como sucedió. En cualquier hora de mi tiempo, al abrir la puerta, sentí que traspuso el umbral y desde ese momento  ha ido tomando forma, ocupando espacios, invadiéndolo todo. Avanza sin prisa, pero sin pausa, como si fuese un ejercito de ocupación me mantiene bajo un ataque sistemático, ininterrumpido. Ayer se hizo presente en el dormitorio. Llegó de pronto, sin anunciarse. Me tomó por sorpresa; incapaz de defenderme, opté por rendirme. Confieso que al principio no le dí la importancia que merecía, pues me pareció intrascendente. La subestimé y como consecuencia de ello ahora la tropiezo en todas partes; sin poderla esquivar estoy obligado a compartir con ella lo que hasta ayer era de mi absoluta propiedad. Se sienta en mi sillón, viste mi ropa, come de mi plato, lee mis libros, contesta el teléfono. Está adosada a mi, la se pegada a mi cuerpo, tatuada en mi  mente, clavada a mi alma. Estoy confundido. No puedo desembarazarme de esa sensación de inquietud, de desasosiego que me embarga y que no puedo definir con propiedad. Es como si me faltara algo pero no logro saber con exactitud que es. En mi duermevela creo sentir el llamado de mi tierra, de mi casa, de mi gente. En mi vigilia escucho el sonido de voces lejanas, que me hablan de amores viejos, de quereres olvidados, de gente ya ida. Es una mezcla de sentimientos, de sensaciones, de emociones que me dejan triste, añorante, melancólico.
La melancolía es un estado de ánimo permanente, vago y sosegado de tristeza y desinterés, que se manifiesta como desanimo, abatimiento y apatía ante las cosas y ante la vida. Sentirla no sólo es echar de menos, sino tomar conciencia de la importancia que han tenido determinadas personas y momentos en nuestra existencia. Saber que nada será igual al instante interior y a las vivencias compartidas. Para los portugueses melancolía es Saudades, es el punto de encuentro entre la alegría del recuerdo y la tristeza por la ausencia. La Saudades que más duele es la de quien ama. Es saborear la faceta agridulce de la añoranza, aquella que integra los polos mas opuestos, conformando un cierto equilibrio que a  veces consuela. Es recuperar la sensación que algún día nos fue placentera.
Los nativos de Galicia, identifican la melancolía con la tristeza que se siente cuando se está lejos de la tierra en la que se nace. A ese dolor lo llaman Morrina. La Morriña es un sentimiento de identidad por dejar todo atrás, familia, amores país.
Muchas veces Morriña y Saudades se usan como sinónimos, pero son sentimientos diferentes. La Saudades siempre resultó difícil de definir. La Morriña puede ser, en algunos casos, una consecuencia de la vivencia de la Saudades. Lo que caracteriza a la Saudades es la carencia de significación psicológica. Lo contrapuesto de la Morriña es la euforia, lo contrapuesto de la Saudades es el éxtasis místico.
Atrapado entre Morriña y Saudades, preso de la melancolía, me veo obligado a vivir mi diaria existencia que por ahora se centra en la búsqueda de mi propia identidad. EFO.

1 comentario:

  1. Buenas tardes, Sr Ernesto. Ayer luego de redactarle mi más sinceras felicitaciones por su nueva vuelta al sol y ese mínimo instante entre darle "Enviar" y el apagón de luz, mi mensaje quedó flotando en un universo desconocido. Sin embargo, regresé para afianzar nuevamente mis buenos deseos y mis felicitaciones por su cumpleaños, además quiero agradecerle por la invitación realizada que, aunque por motivos de trabajo no pude concretar, sigo atenta de poder llevar a cabo para poder deleitarme con sus historias y su excelente gusto musical. Ese sería además de un gran honor un enorme regalo para mi. Gracias por este blog y por todo lo compartido y espero muy pronto poder intercambiar historias en su maravilloso espacio musical. Gracias además por deleitarnos con este maravilloso blog. Le envío un abrazo cargado de cariño para usted y su hermosa familia. *Bambi*

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