UN VIEJO AMOR...
Hay amores que se quedan estacionados en el tiempo. Detenidos en nuestro corazón. Quietos, silentes, mudos, pero vivos. Esos amores resucitan de vez en cuando, reaparecen buscando retomar su cauce, llenar un espacio, vivir otro tiempo. Son amores que nunca quisimos abandonar o de los que nos despedimos en silencio, sin estridencias, sin querellas. Simplemente los dejamos ir, como quien despide a un viajero, a alguien a quien queremos mucho, pero que no podemos, o no debemos retener.
Esos amores están plagados de buenos recuerdos, de agradables añoranzas, de deseos insatisfechos, de mudos arrepentimientos. Algunas veces podemos revivirlos, retrotraerlos al presente, avivarlos, hacerlos renacer. Otras, simplemente es imposible volver a vivirlos. El tiempo agotó esa posibilidad. Solo nos queda mirarlos desde lejos, acariciarlos con un pensamiento dulce, con un recuerdo grato.
A veces la vida nos da una segunda oportunidad y vemos reverdecer aquel sentimiento que creímos marchito. Por azar o convicción nos volvemos a juntar para empezar otra vez. En algunos casos, los más afortunados, ese nuevo comienzo es el definitivo, marcando una unión duradera. Pero no siempre la diosa fortuna se muestra benévola con nuestras apetencias, y la reconciliación se convierte en un nuevo adios, esta vez para siempre, pues la experiencia fallida nos indica que no es prudente consentir otro acercamiento. En otros no se da el reencuentro pues las circunstancias no lo permiten, frustrando así nuestros deseos. Construimos un sueño basado en nuestras suposiciones sin considerar la realidad de aquel a quien añoramos. Damos por hecho que ese amor nos espera y que basta con desearlo para tenerlo nuevamente, pero en muchos casos el presente del otro supera nuestra imaginación. Y nos encontramos con una persona distinta a la que conocimos, que vive otro momento, quizás en otra compañía.
Hay otros amores que también quedaron estacionados en el tiempo, pero no queremos revivirlos. Esos amores nos causaron un gran dolor, nos llenaron de inquietud, nos hicieron daño. A algunos de ellos los añoramos con tristeza, a otros con rabia, con impotencia. A esos los miramos a la distancia, no dejamos que ocupen un espacio permanente en nuestra mente. Los mantenemos alejados de nuestros recuerdos, pues sabemos que acercarlos, es volver a sufrir, pues su cercanía nos lastimaría.
Los sabios, aquellos que nos iluminan con su conocimiento, nos dicen que a veces es mejor no remover el pasado, dejar las cosas como están, pero los inconformes, los que se rebelan en contra de los sabios nos piden que lo intentemos, una y otra vez, pues ... "un viejo amor, ni se olvida ni se deja, un viejo amor de nuestras almas si se aleja, pero nunca dice adios." EFO.
Cosas del Amor Prohibido o el Amor no alcanzado... simplemente, cosas del amor... Que bueno es leerte.... Un abrazote!
ResponderEliminar