domingo, 18 de febrero de 2018





ENTRE TEÓLOGOS TE VEAS



Nadie sabe cuando fue creado el primer Dios, o si en verdad fue creado. Algunos dicen que Dios es eterno, que ha existido desde siempre, que nadie lo creó, que existe per se y que es único, solo que tiene muchos nombres, muchas formas. Dios es un misterio. Sobre ese ente solo una cosa es cierta: Dios, como noción, le pertenece al hombre. Los animales no tienen Dioses. Claro que tampoco tienen uso de razón y eso explica el por qué no los tienen, lo que nos lleva a concluir forzosamente que Dios existe solo en la mente del hombre, que forma parte de su universo. Si el hombre dejara de existir, al no tener quien lo recree, Dios también dejará de existir.
Dios, o los Dioses, pues han sido y siguen siendo muchos, han acompañado al hombre desde el momento mismo en que este hizo su aparición en la tierra. Al observar los fenómenos de la naturaleza y carecer del conocimiento para explicarlos, el primer hombre los diosificó, creando así el Dios Rayo, el Dios Sol, la Diosa Luna, fabricando tantos como sus necesidades lo requerían. En la medida en que  incrementaba su saber, sustituía aquellos que no necesitaba pues ya era capaz de explicarse la naturaleza de las cosas, así eliminó al Dios Rayo, al Dios Sol, a la Diosa Luna.
La noción de Dios fue cambiando progresivamente a lo largo del tiempo, al abandonar el mundo real para posesionare del espiritual todos los antiguos dioses se fusionaron en una sola entidad, dotada de las capacidades y atributos de los otros. El hombre se volvió monoteísta. El Dios externo se convirtió en interno, viviendo dentro de nosotros mismos, pero conservando su poder de actuar sobre el mundo físico, en razón de lo cual todavía puede modificar el entorno en el que nos desenvolvemos. 
El Dios de nuestros días, nuestro Dios, es el abanderado del bien y lucha en la tierra contra el mal. Nuestro Dios es bondadoso, protector, justo, pero también puede ser severo y a veces cruel, castigándonos cuando abandonamos sus preceptos, cuando nos desviamos del camino que nos ha trazado. 
La noción de Dios, en la actualidad, se refiere a una sola entidad que es nombrada de varias formas, dependiendo del grupo sobre el cual reine. Dios Cristo, es para los cristianos, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, ese Dios en el cual creen los católicos, es el mismo ente en el cual creen los musulmanes, solo que ellos lo llaman Ala. En resumen podemos concluir, que hoy la humanidad tiene un solo Dios, pero múltiples religiones que interpretan sus mandamientos (que no son otra cosa que elementales normas de convivencia) de distinta forma, glorificándolo con diversos ritos. La noción de Dios, en estos tiempos, no es excluyente, muy por el contrario tiende a globalizarse, a unificarse.
Nuestro Dios, católico o musulmán, es un Dios terrestre. Existe, hasta donde sabemos, solo en este planeta. Al menos eso creemos pues no tenemos prueba de que en otros mundos, allende el nuestro, existan Dioses, y mucho menos uno como al que nosotros rendimos culto, pero siempre habrá quien diga que en cada planeta se adora al mismo Dios que nosotros adoramos, solo que este ha sido recreado de una manera particular  por los habitantes de ese mundo, pues Dios es uno solo, creador del universo. Quizá eso sea cierto, pero  tampoco lo podemos comprobar.
El hombre, dada su frágil naturaleza humana,  necesita un Dios, un ser superior en quien confiar, en quien creer, a quien pedirle la solución de sus problemas. En su incesante búsqueda de si mismo, a lo largo de los siglos, ha tropezado una y otra vez con Dioses, que estaban allí, y cuando falló en encontrarlos, los inventó.
Dios hizo al hombre, dice la Biblia, a su imagen y semejanza y de tanto parecernos a el, llegamos a creer que somos Dioses.  EFO.

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