EL OTRO YO
... soy el Ego que a nadie hace falta, el que se sienta en el silencioso y vacío espacio que no es espacio y en el tiempo que tampoco es tiempo...
Gibran Jalil Gibran. Los siete egos.
En corro, en corro, todos en tropel, danzan y se toman de las manos, giran y se contorsionan, desdibujan grotescas muecas y dejan escapar una nube de gemidos que pueblan el aire. Ahora se esconden, se tapan unos con otros como pretendiendo escapar de ellos mismos. Los Egos tratan de reconocerse, de identificarse de saber cual corresponde a quien. A veces parecieran ser uno solo pero, no nos dejemos engañar, los Egos son muchos. Son demonios que llevamos dentro. Son pequeños, o grandes, diablos que viven en lo más profundo de nuestro ser y que nos obligan a hacer cosas de las cuales, algunas veces, nos arrepentimos.
El Ego es la instancia psíquica a través de la cual la persona se reconoce como yo y es consciente de su propia identidad; es la parte central de la conciencia que tiene la tarea de dar el sentido de si mismo. El Ego organiza la actividad consciente que consta de pensamientos, recuerdos, percepciones y sentimientos.
El Ego es un ente múltiple que muestra distintas caras, que juega varios roles, que actúa de muchas formas. En cada uno de nosotros habitan diez Egos, que luchan entre si por asumir el control, imponiéndose al final el más fuerte, determinando así el rasgo preponderante de nuestra personalidad. Si queremos evolucionar como seres humanos, es preciso identificarlo, saber cual de ellos nos domina para así poder trabajarlo:
El Ego es un ente múltiple que muestra distintas caras, que juega varios roles, que actúa de muchas formas. En cada uno de nosotros habitan diez Egos, que luchan entre si por asumir el control, imponiéndose al final el más fuerte, determinando así el rasgo preponderante de nuestra personalidad. Si queremos evolucionar como seres humanos, es preciso identificarlo, saber cual de ellos nos domina para así poder trabajarlo:
El Sabelotodo. Siempre cree tener la razón, da consejos de todo, cree tener respuesta para todo, no se puede quedar callado.
El Insaciable. No le gusta pasar desapercibido, busca ser el centro de atención.
El Interruptor. Su necesidad de autorreferencia es tan fuerte que interrumpe permanentemente, nunca deja que los demás terminen de hablar.
El Envidioso. No soporta los triunfos y los éxitos de los demás.
El Prestigioso. Busca aplausos, reconocimiento y admiración por todo lo que hace.
El Jinete. Se apropia de los conocimientos de los demás para su propio beneficio, es aprovechador y usurpador.
El Sordo. Nunca escucha, le gusta hablar solo, habitualmente finge escuchar.
El Manipulador. Siempre se las arregla mintiendo, manipulando, engañando para que las cosas resulten a su favor.
El Orgulloso. Es competitivo, discutidor, no le gusta perder.
El Silencioso. Es aquel ego que calladamente tiene un discurso paralelo, es criticon, hipócrita y enjuiciador.
El Ego es el falso yo. Cegador, arrogante, peyorativo, insaciable e inconformista por naturaleza; es un error de pensamiento que intenta hacer una presentación de como nos gustaría ser, en vez de como realmente somos. Ese engañador distorsiona la opinión que tenemos sobre nosotros mismos.
Es imperioso librar la diaria batalla con el otro yo que nos acosa, que intenta imponerse, hacer su voluntad, regir nuestros actos. Tenemos que acorazarnos, blindarnos, revestirnos de fe, de esperanza y sobre todo de una gran dosis de amor hacia nosotros mismos, como única forma de salir airosos de esa lucha silenciosa, callada, que no nos da cuartel. EFO.
El Ego es el falso yo. Cegador, arrogante, peyorativo, insaciable e inconformista por naturaleza; es un error de pensamiento que intenta hacer una presentación de como nos gustaría ser, en vez de como realmente somos. Ese engañador distorsiona la opinión que tenemos sobre nosotros mismos.
Es imperioso librar la diaria batalla con el otro yo que nos acosa, que intenta imponerse, hacer su voluntad, regir nuestros actos. Tenemos que acorazarnos, blindarnos, revestirnos de fe, de esperanza y sobre todo de una gran dosis de amor hacia nosotros mismos, como única forma de salir airosos de esa lucha silenciosa, callada, que no nos da cuartel. EFO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario