martes, 12 de febrero de 2013






LA LLUVIA


En las noches, cuando el frío se nos pega a la ropa, se encarama sobre el pelo y nos lija la cara, la lluvia llora. ¿Has oído llorar a la lluvia? ¿Has visto como sus lágrimas lamen los cristales en las casas vacías? Su llanto tiene mucho de lamento. Cuando llora con fuerza, casi a gritos, es como si quisiera lavar una vieja pena. Cuando lo hace despacito, dejando caer las gotas como con miedo, pareciera que deseara quitarse un peso de encima. El llanto de la lluvia no siempre es estridente. A veces es callado, como un sollozo ahogado, tapado con un manto. Cuando llora así las gotas caen una por una, como si las contara. Pero eso no pasa siempre. Sucede algunas veces. Cuando la lluvia llora despacito deja cabalgar sus dolores sobre campos de nubes. Cuando la lluvia llora a gritos, pareciera que se abrieran las compuertas del cielo porque las gotas se convierten en cortinas de agua que caen con violencia, estallando en el suelo, partiéndose en mil pedazos. Este llanto, es doloroso, desgarrador, asusta a las mujeres, aterroriza a los niños, mete miedo en los hombres. Cuando la lluvia llora de mañana su llanto es triste. Cae a pedazos, quitándole el polvo a las estatuas, empapando las calles, molestando a los transeúntes. Cuando la lluvia llora de tarde resbala sobre los rostros, se amanceba con el polvo de los caminos, se mete por las rendijas de las puertas.Cuando la lluvia llora de noche pinta con hilos de plata sobre el oscuro lienzo del firmamento, despierta a las musas, recitando versos sobre amores imposibles.
La lluvia es la más vieja de todas las plañideras. Ha llorado desde siempre en todos los cementerios. Ha cubierto con su velo de agua los campos de guerra. Ha acompañado con su rítmico caer los ayes de dolor en todos los hospitales. La lluvia es la más joven de todas las aguas. Ha mojado todas las cabezas ofreciendo vida eterna. Ha bañado todos los cuerpos, lavándolos de pecado. Ha violado todas las oquedades, descubriendo secretos. 
La lluvia se mece en los brazos del viento. Se deja arrastrar por el. Es esclava de sus vendavales y juguete de sus brisas. La lluvia es altiva Diosa que se solaza en las danzas que los hombres bailan, para hacerla bajar, cuando la calina arrasa los sembradíos. La lluvia es compañera inseparable de los enamorados que caminan apretando sus manos y conteniendo un suspiro. La lluvia detiene el tráfico en las ciudades, demorando los tiempos, exasperando a los viajeros. La lluvia es partera de charcos en los que naufragan los zapatos y se embarran los pies. La lluvia es gemebunda compañera de los lobos solitarios que aúllan al viento sus penas. La lluvia no tiene cara, pero tiene boca que grita. No tiene piernas, pero camina muy rápido. No tiene manos, pero toca todo. La lluvia se ve y se siente, pero no tiene olor, ni sabor. La lluvia es manto alado que cae desde arriba, para luego reptar por el suelo. La lluvia es una capa fina, ancha, larga, que cubre todo. La lluvia es un velo que nos tapa, nublando la visión, distorsionando la realidad. La lluvia es violadora impenitente de todos los espacios. Entra sin pedir permiso. Se queda el tiempo que quiere, sin anunciar cuando será su partida. La lluvia no cumple horario. La lluvia no tiene fecha. Solo los ilusos pretenden adivinar su llegada. Solo los necios vaticinan su presencia. Pero solo los puros son capaces de sentirla venir. EFO.



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