LOS VISITANTES
Algunos llegan sin previo aviso. Aparecen de repente y cuando nos damos cuenta ya estàn instalados. Se posesionan de nuestro cuerpo, invadièndolo, tomàndolo por asalto, ocupàndolo. Se posesionan de nuestra alma, plenàndola, llenàndola de sentimientos. Otros se hacen anunciar, vienen precedidos de un suceso, de una tragedia o de un acontecimiento grato pero casi siempre nos sorprenden, impidiendonos vaticinar su llegada. Ellos, los visitantes, son circustancias, sentimientos, acontecimientos, cosas que nos pasan, algunas buenas y otras no tanto.
La enfermedad toca a nuestra puerta a cualquier hora. Este flagelo se viste de mil formas, muta de apariencia, se enmascara. La Tristeza nos visita de vez en cuando apresando el corazòn, poniendo un velo sobre la razòn, plenàndonos de apatìa, de melancolìa, de desesperanza. El dolor viene aparejado con la enfermedad y en algunas ocasiones con la muerte, laceràndo nuestro cuerpo, minàndo nuestras fuerzas, abatièndo nuestras defensas.
Pero no todo aquel que nos visita lo hace para nuestro mal. Tambièn la alegrìa y el amor estàn presentes en nuestro diario acontecer. Cuando aparecen nuestra vida se ilumina. Se llena de magia. De todos los visitantes el màs temido, el màs odiado es la muerte, pues la sabemos definitiva. Entendemos que su visita se prolongarà por siempre.
Los visitantes, por su misma naturaleza, se convierten en asiduos. Siempre estàn con nosotros. A veces llegan juntos, otras por separado, pero nunca dejan de visitarnos. A nosotros, como anfitriones, nos corresponde aceptarlos o rechazarlos. Hay visitas gratas, deseadas, esperadas que nos llenan de emociòn, de contento. En contrapartida hay otras indeseables que nos perturban, alteràndo nuestro manera de ser, trastornàndo la diaria rutina, cambiàndo nuestra forma de vivir al contagiarnos de sentimientos negativos, malsanos.
Debemos estar preparados para recibir visitas y ello implica tener la casa en orden,lo que equivale a mantener mente y cuerpo sanos y el alma limpia, libre de rencores, distanciada del odio, de las bajas pasiones. Solo asì podremos soportar a los visitantes indeseables y agasajar debidamente a aquellos que queremos, a los que esperamos. EFO.
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