UN VIAJE CORTO, MUY CORTO.
Sin saber como, ni porquè comencè este viaje que ignoro cuanto tiempo durararà, ni a donde me llevarà. Empezè a viajar completamente solo y desnudo. Nadie me acompaña. No me importa, pues desde el principio supe que serìa asì. Tampoco me preocupa la soledad. La estoy conociendo y confieso que me gusta su compañìa. Viajo sin equipaje. No tengo nada. Sin nada nacì y ahora estoy seguro que sin nada morirè.
A veces me siento cansado de viajar y estoy tentado a cesar el empeño. Por desconocer el termino del periplo tampoco se cuanto me falta para concluirlo y por ende no puedo calcular el tiempo que llevo viajando. A lo largo de mi ruta me he ido llenando de cosas . El viaje se ha convertido en un comprar y vender, tener y no tener, dar y recibir y ese intercambio tambièn incluye a personas. No se a ciencia cierta a cuantas he conocido, hasta ahora, y me es imposible vaticinar a cuantas conocerè. En mi afàn de poseer, he pretendido ser dueño de mucha gente. A algunas las he dejado ir, a otras las retengo en contra de su voluntad, y a muy pocas con su consentimiento. Ese trajinar me ha convertido en un ser desconocido. No se quien soy, ni por què hago lo que hago. Algunas veces he detenido mi andar e intentado hacer un balance de lo actuado, pero ha resultado inùtil. Se confunden las situaciones, equivoco los tiempos, todo està revuelto.
Entonces sigo. Avanzo, sin saber hacia donde voy, ni cuando parare. La vida, al final lo he comprendido, es un amasijo de hechos, agrupados a los cuales es imposible sistematizar, clasificar por temas. Pienso que deberìa ser como un inmenso archivo donde todo estè ordenado, metido en carpetas. Asì se harìa màs facil el camino, pues tendrìa referencias ciertas, que podrìa consultar en la seguridad de encontrar siempre el dato preciso. Pero no es asì y estoy obligado a convivir con este inmenso desorden en que existo sin saber por donde empezar y del cual lo unico que se es que nacì y voy a morir.¿ Cuando? lo ignoro. Otra cosa que me preocupa es la ausencia de un manual de vida. Una especie de guia o mapa mental que me indique que hacer, cuando y como. Seguro estoy que de tenerlo hoy serìa un ser equilibrado, centrado, seguro de mi mismo y capaz de planificar y decidir mi futuro. Pero ese manual no existe. A quien nos hizo se le olvidò incluirlo. Tampoco se si alguien està tomando nota de mi actuar. Si sigue mis pasos, si vigila mi accionar. Me gustarìa que asì fuera, pero pensandolo bien, mejor no, pues todo estarìa escrito, registrado y estoy seguro que lo malo supera con creces lo bueno, aunque bien y mal son criterios mutantes que cambian con el tiempo o sencillamente dependen de la naturaleza de quien juzge.
Hoy notè algo distinto en mi. Una hebra de mi cabello cambiò de color, amaneciò blanca y un pliegue de mi cara perdiò su habitual tersura. Asustado consultè el fenòmeno y recibì una respuesta desconcertante: te estàs haciendo viejo. Si eso es cierto debo asumir que el final se acerca, que el viaje està por terminar. Ahora temo su llegada. Siento que todavìa me faltan cosas por hacer, que el tiempo se agota y el viaje ha sido corto, muy corto. EFO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario