CARTA A UN CONOCIDO
Querido amigo:
No se que decirte. Solo se me ocurre que eres un mentiroso. Seguí tu consejo y me asomé al espejo y la imagen que me devolvió no se corresponde en nada con lo que dices que soy. Hace ya cuatro días que recibí tu carta y no salgo de mi asombro. Te explico: nunca imaginé que pudiera haber despertado en ti ese sentimiento, que me luce profundo y sincero, aunque, te confieso, también he pensado que se puede tratar de un capricho. No se. Ahora no estoy segura de nada. Ni de mi misma. Por tu culpa me estoy volviendo narcisista. No dejo de mirarme en el espejo. Abro y cierro los ojos. No son tan bellos. Son bonitos. Todo el mundo me lo dice, pero no tanto. Exageras. Si es verdad que camino despacio, pero nunca imaginé que alguien pensaría que lo hacía para darle movimientos sensuales, gatunos ( me gusta mucho eso de gatuno) a mi caminar. Esa siempre ha sido mi manera de hacerlo. Es algo natural. Y si, me gusta reír, tu lo sabes, pero ¿estás seguro que paladeo,que degusto la risa? ¿ A que sabrá? Te prometo que la próxima vez que ría lo voy a hacer con sumo cuidado. A lo mejor descubro su sabor. Claro que tengo nariz de ratón, pero eso más que un atributo siempre lo he considerado un defecto. También el tono de mi voz es algo ronco, ronquita dices tu, y no ordeno ni suplico, yo toda la vida he hablado así. Y dale con el mechón. Es que no hay forma ni manera que se quede quieto. ¡Que fastidio!. Me tapa los ojos y me hace cosquillas en la cara.
Lo demás no lo comento. Me da verguenza. Lo que pienso sobre eso me lo reservo, pero sólo te diré que cada vez que estoy cerca de ti, te miro a los ojos, o escucho tu voz siento una cosa rara. Es una sensación de angustia, de opresión, que me asusta, pero que me gusta sentir. Hasta ahora no sabía exactamente que me pasaba, aunque lo presentía. Después de leerte he encontrado respuestas a muchas de las interrogantes que me formulaba. Y te confieso: me da miedo. Tengo miedo de saber más. De pensar mas. De sentir mas.
Lo demás no lo comento. Me da verguenza. Lo que pienso sobre eso me lo reservo, pero sólo te diré que cada vez que estoy cerca de ti, te miro a los ojos, o escucho tu voz siento una cosa rara. Es una sensación de angustia, de opresión, que me asusta, pero que me gusta sentir. Hasta ahora no sabía exactamente que me pasaba, aunque lo presentía. Después de leerte he encontrado respuestas a muchas de las interrogantes que me formulaba. Y te confieso: me da miedo. Tengo miedo de saber más. De pensar mas. De sentir mas.
Te voy a decir algo y es lo último que diré: No hay nada inalcanzable. Si lo se yo que todas las noches araño el cielo buscando estrellas pérdidas para llevarlas a dormir conmigo. Y las ilusiones, los deseos, los sueños, algunas veces, se vuelven realidad. Basta desearlo... desearlo fervientemente. EFO
No hay comentarios:
Publicar un comentario