viernes, 6 de septiembre de 2019


VOLVER A EMPEZAR... EMPEZAR DE NUEVO


Todas las mañanas, cuando despertamos, nacemos otra vez.  La rara alquimia de la vida nos concede cada día el don de volver a empezar... de empezar de nuevo. Es otra oportunidad que tenemos para enmendar aquello que tengamos que enmendar. El futuro es hoy, no mañana, mañana no existe, mañana es apenas un accidente gramatical. Tampoco el presente existe. Hace apenas un momento el presente que vivíamos se convirtió en pasado. El pasado es la ecuación a resolver. Es lo que tenemos que corregir, si queremos vivir el hoy-futuro. No se trata de quedarnos estacionados en un tiempo ido, pues quien vive en el pasado muere en el presente, no, la idea es hurgar en ese pasado que construimos para reconstruir aquello que pensamos hicimos mal. Ahora es el momento de arreglar lo que haya que arreglar. Es el tiempo justo de perdonar, de aprovechar las oportunidades que desechamos, de enderezar lo que torcimos. Salgamos a buscar a quienes marginamos de nuestro vida y que ahora pensamos que nunca debimos haberlo hecho. Abramos las puertas que una vez cerramos, desandemos las rutas que transitamos y volvamos a caminar de nuevo.
Hagamoslo ahora, ya, hagamoslo con la urgencia que el caso requiere pues muy pronto puede ser tarde.  La vida, nos da, pero también nos quita. Cada día nos ofrece una oportunidad de volver a empezar... de empezar de nuevo, pero cada noche nos arrebata esa misma posibilidad. Cada noche se agota el tiempo que nos concede. No sabemos si volveremos a despertar, a renacer. Los acontecimientos se precipitan. El circulo que se abre se cierra. Somos prisioneros del torbellino de nuestro tiempo, vivimos dentro de su vórtice,  y no podemos escapar. No hay salida.
Nunca es tiempo para no hacer nada. Siempre es tiempo para hacerlo todo. Para volver a empezar. Cuando nacemos, no empezamos a vivir... empezamos a morir. El tiempo corre en nuestra contra, nunca a favor. No se detiene. Somos nosotros quienes nos quedamos detenidos, anclados a un pasado que se convierte en rémora. 
El pasado es el presente de hoy y hoy es el futuro de mañana y ese futuro estará determinado por los momentos que lo precedieron. No podemos cambiar el pasado, pero si diseñar nuestro futuro, hacerlo a nuestra manera. Si corregimos hoy aquello que hicimos ayer estaremos cambiando nuestro futuro. Si hacemos las paces con un enemigo, estamos ganando un amigo, sumando a otra persona a nuestra vida que de una u otra manera influirá sobre ella. Si retomamos una iniciativa que habíamos abandonado abrimos nuevas posibilidades de desarrollo personal. Hagámonos una introspección para determinar que podemos cambiar y cambiemos. Volvamos a empezar. EFO.

1 comentario:

  1. El pasado es experiencia. Podemos corregir y seguir, no hay duda de eso. Excelente ....

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