EL FRIO
El frío de la muerte arropa con su mortaja los cuerpos insepultos. El frío de la noche se escurre por los agujeros, se mete entre las piernas, entra por los oídos. El frío de la tarde se cuela en las ranuras de los cajeros automáticos, avanza por la calle como una marejada, se desliza por las paredes y resbala por los escalones. El frío de la mañana despierta a los pájaros, magrea los cuerpos desnudos de las monjas, azota la cara de las estatuas, se abraza a las columnas. El frío del alma acompaña a la lluvia, juega con las sombras, acaricia los pesares. El frío del olvido se asoma por los ojos, se sube a los respiros, se estira en la mente. El frío de la lejanía se pierde en los horizontes, desanda los caminos, agota la vista. El frío de la indiferencia martiriza los sentidos, potencia la angustia, hace llorar el alma. El frío del odio come por dentro, roe por fuera, acaba contigo. El frío de la ira atiza el fuego de la destrucción. El frío de los recuerdos se aferra a las voces, yace sobre las miradas. El frío de los años corre por las aceras, pasea por las plazas, se detiene en las calles. El frío de la soledad evita la compañía, aleja los deseos. El frío del silencio enmudece el corazón., clausura las bocas. El frío del cuerpo acalambra los huesos, tulle las carnes, hiela los nervios. El frío de los sentidos nubla los ojos, tapa los oídos, adormece la piel, seca la boca, aletarga la nariz. El frío de los caminos entorpece los pasos, acorta la respiración, acelera los latidos. El frío de las ciudades se recuesta de los postes, se sienta en los bancos de los parques, se monta en los autobuses. El frío de los campos habita en los senderos, trepa a los árboles, se mece en el viento. El frío del pecado ensucia el alma, envilece el cuerpo. El frío del deseo encabrita las pasiones, desboca las ansias. El frío del miedo paraliza los miembros, detiene los pensamientos, trota por la espalda. El frío de las tumbas duerme de día, se abraza a la soledad, llora con los muertos. El frío de la niebla oculta el amor, esconde los deseos, tapa las pasiones. El frío de la locura se come la razón, destruye los pensamientos, trastorna la lengua. El frío del mal aniquila el espíritu, devora los sentimientos. El frío del vicio se adueña de la cordura, amiga con la vergüenza, esclaviza la mente. El frío de la lujuria domina el cuerpo, tiraniza el corazón. El frío de la vejez se come los años, devora los deseos, roba los sueños, acorta la vida. EFO
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